martes, 2 de marzo de 2010

INTERPRETACIONES DEL PASADO EN LA NOVELA HISTÓRICA


La novela histórica fue muy exitosa en México entre 1868 y 1872. Las experiencias de la guerra de reforma y de invasión francesa afectaron a los mexicanos profundamente y los novelistas fueron los que mejor respondieron a la inquietud por entender qué había pasado a la gente común y corriente.
Las novelas que se iban entregando en folletines, el público lector formados sobre todo por mujeres, podía entenderse de lo que significaba los hechos ocurridos recientemente, la importancia que había tenido para México un periodo histórico como el de la colonia. Aparecían los hechos históricos pero siempre envueltos en situaciones imaginadas por los escritores.
Ignacio Manuel Altamirano publicó (clemencia) en 1869 que se desarrollaba durante los años de la intervención, se refería a un periodo reciente para los mexicanos. Vicente Riva Palacio publicó Martín Garatuza recreaba el mundo de la colia en el siglo XVII. Los historiadores representaron el pasado de México también lo hicieron los novelistas y lo hicieron de una manera más entretenida y un público más amplio.
El gusto por la novela histórica se ha mantenido, después de la revolución se escribieron novelas que describían lo que había sido estos años para la población como la de Rafael F. Muñoz, “vamos con Pancho Villa” 1931 “o los de abajo” 1915 de Mariano Azuela.Años después Martín Luis Guzmán retrato en “la sombra del caudillo” 1929 la situación del México pos revolucionario. En años más recientes Jorge Ibarguengoitia recreo la independencia con los pasos de López de 1882 y Fernando del Paso escribió dos novelas históricas “Palinuro de México” 1977 en la cual aborda el movimiento estudiantil de 1968 y “Noticias del imperio” 1988 con una visión personal del imperio Maximiliano.

LA CARICATURA POLÍTICA DE CRÍTICA Y DE OPOSICIÓN


La caricatura ha sido desde la aparición de la prensa un elemento importantísimo para conocer, expresar y transmitir la opinión que un sector de la población tiene sobre sus gobernantes. No sólo ha servido para hacer una crítica, sino que también ha sido una válvula de escape por la cual la población expresa el descontento hacia el poder.
Las caricaturas políticas sacan a la luz preocupaciones, críticas y necesidades de la sociedad por medio de la burla y la ironía. En ellas aparecen con rasgos exagerados o representando personajes distintos, los políticos de la época, y si para las personas de su tiempo los cartones servían meramente para reír, los historiadores los usan para entender escenarios, políticos del pasado.
En México la tradición de la caricatura política existe desde la prensa de mediados de siglo XIX, en la que había caricaturas que criticaban mordazmente a Juárez. Esta tradición continuo a lo largo del todo el porfiriato y sigue presente en la prensa de nuestros días.

LOS CAMBIOS TERRITORIALES A LO LARGO DE LA HISTORIA


México empezó a ser una nación en 1821 y como tal abarcaba un territorio. La extensión que tenía nuestro país al obtener la independencia no es la misma con la que cuenta en la actualidad. En sus inicios la frontera estaba después de Centroamérica, región que se separó a los pocos años. En 1823, el estado de Chiapas que había pertenecido a la capitanía de Guatemala y al imperio de Iturbide, se había separado de México. En 1824 se anexó definitivamente a nuestro país, después de un plebiscito la mayoría de la población optó por México y no por Guatemala.
En el norte Texas, Nuevo México y California todavía era parte del país. México tuvo una serie de cambios territoriales para llegar a ser lo que es hoy.
Estos últimos cambios representaron para México una pérdida de territorio y, como contraparte, para Estados Unidos de América significaron una fabulosa expansión territorial. Dos realidades diametralmente distintas permiten entender ese fenómeno, mientras México enfrentaba graves problemas al iniciar su vida independiente.Ulysses Grant, quién sería presidente Norteamericano en 1869, dijo que se había tratado de “una de las guerras más injustas que jamás haya librado un país poderoso contra uno débil”, pero lo cierto es que en su momento la mayoría de la población norteamericana consideró tanto como la confrontación como la apropiación territorial, justas y legítimas.